Controlar el viento en los cultivos de invernadero, especialmente en lugares como Almería, es fundamental por varias razones:
- Protección contra daños: El viento puede causar daños a las plantas, rompiendo ramas, desgarrando hojas y afectando la estructura de los invernaderos. El control del viento reduce el riesgo de daños físicos a los cultivos.
- Temperatura y humedad: El viento puede enfriar o secar el ambiente en el invernadero, lo que puede ser perjudicial para ciertas plantas. Al regular el viento, se puede mantener una temperatura y humedad óptimas para el crecimiento de los cultivos.
- Polinización: En algunos cultivos, como los tomates, la polinización es esencial para la producción de frutos. El viento puede dificultar este proceso al dispersar el polen. Controlar el viento facilita la polinización manual o mediante la introducción de abejas polinizadoras.
- Renovación y distribución uniforme de CO2: La renovación del aire es modo de garantizar el aporte constante de CO2. En sistemas de fertilización carbónica el viento puede dispersar el dióxido de carbono (CO2) agregado para estimular el crecimiento de las plantas. Controlar el viento garantiza una distribución uniforme de CO2 en el invernadero.
Las velocidades de viento tolerables para las estructuras de invernaderos dependen de varios factores, como el diseño y la resistencia de la estructura, el tipo de cubierta utilizada y las condiciones climáticas locales. Sin embargo, en general, se pueden considerar las siguientes pautas:
- Vientos ligeros a moderados (hasta 40 km/h): La mayoría de las estructuras de invernaderos pueden soportar velocidades de viento de hasta 40 kilómetros por hora (km/h) sin sufrir daños significativos. Este rango de velocidad es común en condiciones climáticas normales y no debería representar un riesgo importante para la estructura.
- Vientos fuertes (40-80 km/h): Velocidades de viento en el rango de 40 a 80 km/h pueden representar un desafío para las estructuras de invernaderos, especialmente si no están diseñadas específicamente para resistir vientos fuertes. En esta situación, se pueden usar medidas de control del viento, como mallas de sombreo y sistemas de ventilación controlada, para reducir la presión del viento sobre la estructura.
- Vientos muy fuertes (más de 80 km/h): Velocidades de viento por encima de 80 km/h pueden ser peligrosas para la mayoría de los invernaderos convencionales. Las estructuras pueden sufrir daños significativos en este caso. Por lo tanto, es esencial tomar medidas de prevención, como el cierre completo de las ventanas y el aseguramiento de la estructura durante tormentas severas.
En el interior de los los invernaderos de Almería los rangos óptimos de viento dependen del tipo de cultivo y de la etapa de crecimiento de las plantas. Por lo general, se busca mantener una velocidad del viento entre 2 y 4 metros por segundo (m/s) de (7,2 y 14,4 km/h) en el interior del invernadero. Esto proporciona un ambiente adecuado para el desarrollo de los cultivos y evita daños.
Para regular el viento en los invernaderos de Almería, se utilizan diversas tecnologías y técnicas, que incluyen:
- Mallas de sombreo: Estas mallas reducen la velocidad del viento y proporcionan sombra, lo que ayuda a controlar la temperatura y proteger las plantas de los vientos fuertes.
- Sistemas de cortavientos: Se instalan pantallas cortavientos o setos en los bordes del invernadero para reducir la exposición al viento.
- Sistemas de ventilación controlada: Se utilizan sistemas de ventilación con sensores que regulan la apertura de las ventanas o compuertas del invernadero para mantener una velocidad de viento adecuada.
- Cerramientos laterales móviles: Estos sistemas permiten ajustar la apertura lateral del invernadero según las condiciones del viento, lo que ayuda a controlar la velocidad y dirección del viento en el interior.
- Polinización controlada: En algunos casos, se utiliza la polinización controlada, donde se evita la interferencia del viento al mantener las abejas en el invernadero y controlar su actividad.
El control del viento en los invernaderos de Almería es esencial para proteger los cultivos, mantener las condiciones ideales de crecimiento y garantizar una producción de alta calidad. Se emplean diversas tecnologías y prácticas para lograr este control y maximizar la productividad agrícola.